Los secretos del Parque Grande de Zaragoza

El parque José Antonio Labordeta, o conocido popularmente como el Parque Grande, es considerado por todos los maños y mañas el pulmón verde de Zaragoza. Todo ruido provocado por el tráfico es sustituido por los cánticos de los pájaros y el sonido del agua de la gran fuente del parque.

Pero este espacio natural esconde secretos entre sus jardines y monumentos. Quizá conozcas algunos de estos rincones “secretos”. Pero, ¿conoces su historia y sus datos más curiosos? Aquí te los contamos todos.

Jardín botánico

Inicialmente fue pensado para reunir diversos lugares de paseo, además de otras opciones de servicios como la jardinería y el entretenimiento. Y por ello, destaca, sin duda alguna, el Jardín Botánico. En él podrás encontrar plantas de diferentes países del mundo, aunque principalmente de Aragón. Los bancos antiguos con cerámica de la época siguen permaneciendo útiles y conservando la publicidad de entonces. Dentro del Jardín botánico se encuentra un estanque repleto de patos e increíbles pavos reales. Sí, sí, como te lo digo, pavos reales. Es perfecto para una tarde en familia disfrutando de los animales y plantas.

Pero lo más curioso del Jardín Botánico es la crepsidra que se colocó en el centro del estanque. Este reloj marca la hora por la energía provocada al caer el agua sobre él. No dudes en visitarlo.

Monumento a Alfonso I “El Batallador”

Este monumento, muy conocido por todos los maños y mañas, se erigió antes de comenzar la construcción del Parque Grande de Zaragoza. El monumento a Alfonso I “El Batallador” fue una conmemoración de la conquista de Zaragoza en el año 1118 sobre el reino musulmán donde participaron en su construcción marmolistas de Italia. 800 años después se levantó este monumento como recuerdo de la conquista con una ubicación en el mirador de “Cabezo de Buenavista”. El sitio perfecto. En él se puede observar el fondo del parque de inicio a fin. Espectacular.

Inauguración del Parque Grande

El parque fue inaugurado a finales de 1920, pero los ciudadanos no pudieron disfrutarlo hasta los años 40 y 50. Esto fue debido a que el acceso al parque era muy difícil por la trinchera del ferrocarril que se encontraba en su momento en la Avenida de Goya. Y, hasta que no se construyó el estadio de la Romareda y del Hospital Miguel Servet, no se habilitó el transporte público hasta la zona del Parque Grande. Por lo que se podría decir que hubo parque, pero el disfrute fue tardío.

Zaragoza es mágica. Una ciudad increíble. Y lo es principalmente por los lugares tan únicos y curiosos como el Parque Grande. Una auténtica joya natural que brinda aire fresco a la capital aragonesa gracias a sus casi 30 hectáreas de jardines y paseos. El lugar perfecto para zaragozanos y también para aquellos que visitan la ciudad.  Aquí podrás pasear, hacer deporte, y vivir la cultura histórica de Aragón y su capital.

El Parque Grande es sin duda un lugar emblemático de Zaragoza. Conocer su historia al detalle enriquece todavía más la visita a través de sus jardines.